¿Por qué creemos en lo que creemos?
La primera pregunta que uno debe hacerse para tener un pensamiento propio es ¿por qué creo en lo que creo?
En el libro Los Cuatro Acuerdos, nos dice que el primer crecimiento es con inocencia, es decir, cuando somos pequeños no podemos elegir lo que nos enseñan, nos inculcan dioses, culturas, agüeros… todo. En el colegio eso no cambia porque aún la consciencia es abierta a recibir todo.
Sin embargo, cuando ya se llega a la edad adulta, se debería morir a todas las creencias para poder replantearlas, para poder “volver a nacer” y “volver a crecer” pero esta vez con consciencia.
Y hay que preguntarse todo, ¿por qué crees en el dios que creo? ¿por qué tengo cierta definición del amor, de la amistad?
Esta es una forma de reafirmar nuestro autoconcepto, porque ya ninguna creencia es prestada.